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Según datos del Instituto de Estadística de Cataluña, el 90% de los niños, hasta los 14 años, se considera lector de libros. Esta cifra baja hasta el 66% al cumplir los 15, probablemente porque la obligación lectora en la escuela disminuye. Pero hay quien opina que la falta de interés por la lectura puede obedecer a la dificultad para leer. De hecho, la enseñanza del proceso de leer ha cambiado poco, sin tener en cuenta que hoy los niños tienen multitud de estímulos visuales que van mucho más allá de la página impresa. Es decir, televisión, videojuegos e internet sustituyen el placer de la lectura, pero es difícil encontrar las estrategias para que ese placer se mantenga.
Una parte del problema radica en que se enseña a leer a los niños, pero no se les fomenta la velocidad y la comprensión lectoras. Diferentes estudios señalan que este aspecto es importante, pues leer a una buena velocidad hace que no se pierda el hilo argumental. Y existe un instrumento que mejora era capacidad de leer rápido y entendiendo lo que se lee. Se llama taquitoscopio y con él trabajan los alumnos de Estuditec. Lo que hace es mostrar una imagen o una palabra por un tiempo muy reducido. Con ello se consiguen algunas destrezas:
- Al centrar la vista en un punto, mejora la atención
- Se acelera el proceso de aprendizaje de la lectura
- Es útil, además, para niños disléxicos ya que la mente decodifica la palabra una vez que ha desaparecido.
De hecho, aunque el primer taquitoscopio está fechado en el año 1859, hoy es especialmente útil para los niños y niñas acostumbrados a recibir múltiples estímulos visuales a lo largo del día. Conviven con una cultura audiovisual cargada de imágenes, símbolos y emociones, hasta el punto que incluso escriben sus mensajes con dibujos que representan sus estados de ánimo. Y eso hace que el acto de leer se haya transformado radicalmente en los últimos años: ya no se lee linealmente y, por lo tanto, los métodos tradicionales deben dejar paso a otras formas de asimilar la información. Una información, por cierto, que se ha multiplicado hasta hacerla muchas veces inalcanzable en su totalidad. Todo eso, hoy, también forma parte del aprendizaje.